Comida, emociones y confort social.
Hablar de comida es algo fascinante, incluso para aquellos que no somos expertos o estudiosos del maravilloso mundo gastronómico. Desde el punto de vista social, la comida es un conector con un sin número de connotaciones relacionales y emocionales que deben ser analizadas para generar el impacto adecuado.
La gastronomía nace a la par con la evolución del ser humano, debido a que la alimentación es un elemento biológico de supervivencia, que ha venido cambiando y tomando forma con: elaboraciones más visuales, más conectivas y con implicaciones cada vez más profundas.
Lo que tenemos hoy va más allá del del gusto. Es decir, platos que contienen un script con: estilo, historia, espectáculo y un guión que pretende deslumbrar. Es como una obra de arte llena de colores, formas, mezcla de texturas y sabores, el cual se complementa con los utensilios, cubiertos, platos, servicio y ambiente.
Al inicio de la historia, la alimentación se basó en frutas, verduras y todo lo que venía de la naturaleza, sin embargo, los cambios climáticos impulsaron poco a poco a la carnicería, a la caza y pesca; mecanismos con los que los nativos empezaron a obtener grasa y proteína como fuentes primarias de alimentación.
Conforme la civilización ha ido avanzando se van empleando diferentes herramientas para la caza, además de nuevas técnicas de mantenimiento y preservación de los alimentos como la carne, frutas y verduras. Todo esto como un primer avance en la evolución del sabor y papel de la comida.
Así, poco a poco se fueron perfeccionando las técnicas de: pesca, agricultura y ganadería, para que la alimentación se convierta no solo en una satisfacción biológica, sino que sea agradable al gusto, olfato y otros sentidos, lo cual es ya es un asunto mucho más sensorial.
La comida se ha convertido en un ritual social pues es una forma de compartir en ocasiones especiales, como: bautizos, graduaciones, aniversarios, matrimonios, negocios, encuentros y hasta funerales.
La comida une, conecta, proyecta y es netamente parte del contexto social. Los protocolos se convierten en los ¨límites y moldes¨ para poder dar el efecto y significado al momento de comer. Toda esta fórmula le otorga personalidad al platillo, sumado a la influencia del origen de los ingredientes, método de preparación, persona que la preparó y hasta el modo de cómo se la sirve. Orden, estética y equilibrio son parte de la fórmula.
Adicionalmente es un tema totalmente cultural, pues en cada zona o región se come diferente. Según la tradición ciertas etnias no comen algún alimento que en otros lugares es totalmente aceptado. Esto marca una determinada influencia en el comportamiento a la hora de sentarse a la mesa: si se hace ruido al comer, si se conversa, si se utiliza las manos, cubiertos o palillos; si se mezclan o no ciertos alimentos, si se deja sobrantes o no y, hasta si se come determinado platillo por la temporada y, lo que representa comer ciertos alimentos en fechas o estaciones según las costumbres o creencias.
Otro de los cambios que ha sido muy evidente es la práctica de comidas ¨demasiado elaboradas¨ (con procesos largos de técnica, preparación y cocción), así como platillos específicos para ocasiones especiales, o comida rápida, que tiene una menor cantidad de nutrientes pero que cumple con la función y emoción de la suma de velocidad + diseño + gusto.
Food is not rational. Food is culture, habit, craving and identity.
Jhonatan Safran Foen
El ofrecer comida como parte de un punto de conexión social emisor – receptor es definitivamente un medio para poder mejorar los efectos de este vínculo entre personas. Uno de los insights principales en el compartir comida a través de un evento (coctel, boda, almuerzo de negocios, celebraciones, congreso, entre otros) es el generar cercanía interpersonal y es fundamental en influenciar física y psicológicamente el desarrollo de una interacción familiar, relacional o de negocios.
Una de las primeras consideraciones con la comida como conector social es que, en la mayoría de los casos, los gustos y preferencias individualmente vienen determinados de acuerdo con:
1) aquellos que sentaron la base o patrón: la cultura, influencia familiar, tradiciones, creencias
2) aquellos que mueven el patrón de acuerdo con la situación: estilo de vida, grupos sociales a los que pertenece, networking e imagen que desea proyectar.
Una segunda consideración obedece a lo que se pretende comunicar con la comida. Pueden ser afecto y consideración por los invitados, hospitalidad, creencias personales, creencias religiosas entre otras.
No podemos dejar de lado la intención muy recurrente e impetuosa de transmitir a los invitados los gustos, estilos, conductas y preferencias del anfitrión. Curiosamente es cuando se generan la mayor cantidad de errores y elementos disuasivos con los invitados al no indagar a detalle su perfil y particularidades al momento de elegir comida.
Comer es un comportamiento social, por lo tanto, es lógico saber que podemos utilizar la comida para regular las emociones que deseamos transmitir a nuestros receptores.
Luego de conversar con varios: chefs, organizadores de eventos, dueños de restaurantes, propietarios de cafeterías y personal de catering he llegado a la conclusión que, al momento de transmitir emociones a través de un plato se debe entender que la presentación es primordial. En la actualidad, el emplatado ha tenido cambios estructurales importantes y se debe tomar en consideración las tendencias o moda, pero así mismo es importante mantener el fundamento clásico del platillo.
La inclusión de elementos como madera, piedra y otros elementos, han aportado para dar realce visual al platillo. Una de las tendencias modernas es que los Chefs se inspiran en pintores y los platos comenzaron a resaltar por el color y el volumen (en términos de visualización, más no de porción).
Hoy se busca la armonización visual y aromática entre los sentidos: el gusto, olfato, tacto, la visualización e incluso el oído, sin que esta experiencia deje de hacer brillar al producto principal. La calidad siempre es lo más importante. No es recomendable opacar el producto estrella por lo cual debe existir una perfecta armonía de sabores para que este destaque.
Si te encuentras planificando la comida para un evento pequeño como una cena familiar, celebración, almuerzo de negocios o un evento grande como un congreso empresarial, boda, cóctel, es necesario que tomes en cuenta las siguientes consideraciones:
- Elabora una lista de las emociones que deseas transmitir a través de la comida.
- Investiga a tus invitados. No te olvides de las alergias.
- Dale realce a la fotografía antes, durante y después del evento.
- Analiza el lugar y la temporada en el que vas a desarrollar el evento, para que la comida sea consistente con el ambiente y el mensaje a transmitir.
- ¿Comida pesada? Cuida mucho este aspecto si existe celebración posterior a la comida. No olvides incluir al menos una opción vegetariana.
- Creatividad. Involucra tu toque personal, con un equilibrio perfecto entre los gustos de tus invitados y el mensaje a transmitir. Transmite tu historia a través del menú. Busca un estilo y trata de comunicarlo mediante la decoración y los sabores.
- Detalles. La presentación es esencial. En el cóctel es el momento en el que puedes ser totalmente detallista, ya sea en la decoración y en la versatilidad de los platos.
- Funcionalidad y emocionalidad. Es importante que la comida sea fácil comerla. Un diseño o manipulación complicada puede generar incomodidad en tus invitados.
No podemos dejar de lado que, a pesar de no estar directamente en el mundo o negocio de la gastronomía o eventos, en nuestras oficinas, salas de espera, salas de reuniones o cualquier espacio que permita la interacción social en la que la comida pueda tener un papel que impulse la experiencia y ¨ahonde¨ los lazos relacionales, es necesario contar con una planificación de lo que deseamos transmitir.
No es cuestión de tan sólo ofrecer algo de beber o contar con un dispensador de golosinas o galletas para que la gente pueda acceder libremente a ellos.
La diferencia entre pecado y error es que el pecado lo cometemos sabiendo las consecuencias y, el error es una acción equivocada. La comida debe contar una historia sobre nosotros y lo que queremos transmitir. Dejar de lado este detalle o no tomarlo en cuenta en la ecuación puede ser un pecado.
Corrección de estilo; Katherine Mera. Contacto: kathemerap333@gmail.com